domingo, 11 de septiembre de 2016

FORO POR LA PAZ: La paz desde los territorios.

La paz desde los territorios.



Por: APLAMEDA - Asociación de Plataneros del Medio Atrato-

El pasado 12 de Marzo el municipio de Murindó, Antioquia,  fue epicentro del “Foro por la Paz”, en el que 500 delegados de diferentes comunidades indígenas y afrocolombianas, se tomaron la cancha deportiva como escenario de debate hacia la construcción de una paz territorial.

Poco a poco fueron llegando al municipio las comunidades de la Cuenca del Rio Atrato, la comunidad de Bartolo, Lejiada,  Murindó Viejo, Canal y Pital, Comunidad Indígena de Bachidubi,  el Resguardo Indígena del río Chageradó y el Resguardo de Murindó. Mujeres y hombres se amontonaban para obtener su escarapela prestos a trabajar en las actividades programadas; estaban llenos de expectativas, pues podrían discutir, proponer y, sobre todo, aclarar las inquietudes que les suscitaba la posibilidad de paz en sus territorios. Querían saber, por ejemplo, si era cierto lo que escuchaban por radio y televisión, pero que no lograban comprender, acerca de que “los señores de las Farc habitarían sus territorios ancestrales”.

En ese sentido, el Foro serviría para hacer algunas aclaraciones y dar a conocer las visiones de las dos partes negociantes respecto a dónde estarán las FARC- EP cuando se firme el acuerdo final. Desde el Gobierno se proponen “zonas de concentración”en las que los insurgentes estarían presos en celdas a campo abierto; mientras que las FARC– EP hablan de “Territorios Especiales para la Construcción de la Paz, Terrepaz”, con características bien distintas a las planteadas por Humberto de la Calle y su equipo de negociadores.
Socializar y comprender los acuerdos hasta ahora logrados en la mesa de conversaciones de La Habana, fue uno los objetivos de este espacio, además de exigir que Murindó fuera incluido en la prueba piloto que realizó la ONU frente a la priorización de los“125 municipios que entrarían en el postconflicto”. Para finalmente entrar en comunicación con el comandante Benkos Biohó desde La Habana, y resolver así muchas de las preguntas que tanta incertidumbre generaban en las comunidades.

A pesar de que no había buena señal del internet, en especial en La Habana, se logró establecer comunicación y el comandante de esa guerrilla respondió una a una las preguntas. Respecto a los Terrepaz y las zonas de concentración, afirmó que como organización no estarían de acuerdo con la implementación de cárceles a cielo abierto, pues su visión y propósito después de dejar las armas es diferente a la idea que tienen el gobierno, la extrema derecha y el Uribismo de este país, de “meter a todos los guerrilleros en campos de concentración y en los lugares más alejados e inhóspitos del país”.

Muy por el contrario, para las FARC–EP alcanzar el Acuerdo General para la Construcción de una Paz estable y duradera, implica necesariamente que el Gobierno genere garantías efectivas para que los hombres y mujeres guerrilleros se reincorporen a la vida civil, al trabajo con las comunidades en proyectos productivos como parte de su autogestión, y al ejercicio de política sin armas, movilizando su pensamiento y su experiencia organizativa hacia la construcción de una sociedad mejor, más justa e igualitaria; de allí la naturaleza de la propuesta de los “Terrepaz”, como mecanismo transitorio de un eventual periodo de post-acuerdos.

Luego de tener más claridades frente a lo que pasaría en sus territorios, desde la visión de las FARC- EP en esta ocasión, las comunidades se reunieron en mesas de trabajo, para poder conversar, opinar y construir propuestas frente a preguntas como ¿cuál es la paz que requieren sus territorios? ¿cómo conciben la paz territorial? y ¿cuál sería su compromiso y aporte en la construcción de paz para Colombia desde sus territorios y cotidianidades?

Frente a esas inquietudes y otros acuerdos del punto 3 de la agenda de La Habana - Fin del conflicto-, representantes de las comunidades de Opogadó, Murindó, Chageradó, Guagua y Bebarameño debatieron y aportaron propuestas  para el alcance de una paz estable y duradera en sus regiones. Estas son algunas de las conclusiones:

Ø Los pueblos indígenas de la cuenca de rio Murindó exigen que las partes negociadoras no se levanten de la mesa hasta alcanzar la firma final de los acuerdos.
Ø La población civil debe tener presencia en la mesa de diálogos como actor fundamental para  el debate y construcción de los acuerdos, así no se trate de víctimas directas del conflicto.
Ø Los pueblos indígenas exigen  que no haya presencia de grupos armados y  empresas multinacionales en sus territorios. Exigen que la guarda indígena sea reconocida y respetada como autoridad de protección en sus territorios, fieles a su cosmovisión.
Ø Es necesario que las comunidades rodeen los acuerdos a través de la organización y la movilización, articulándose con otros espacios y plataformas que le apuesten a la paz.
Ø El foro local de Murindó es un ejemplo de pedagogía para la paz y más espacios como este deben seguir realizándose en todo el país.
Ø Las comunidades de la región le apuestan a una Asamblea Nacional Constituyente popular como mecanismo de refrendación de los acuerdos.

Además,  se planteó la exigencia de que en la implementación de los acuerdos se reconozcan los acumulados ya existentes en los territorios en materia de construcción de paz; así como la necesidad de avanzar en las agendas trazadas por las diferentes organizaciones de base de Antioquia y Chocó, que tienen como objetivo  la pedagogía de paz, es decir, la generación de procesos pedagógicos  en los que las comunidades conozcan y comprendan los acuerdos, su implementación y los beneficios que traerán para todos los colombianos, especialmente para aquellos que más han sido golpeados por el conflicto armado.

Pero, sobre todo, procesos que tienen como meta la construcción de memoria histórica, entendiendo las raíces del conflicto y tomando conciencia colectiva de que lo que pasó no puede volver a repetirse, para lo cual es imprescindible que cada quien asuma un rol protagónico en la construcción de paz . Como decía uno de los participantes del foro, “en nuestras manos está la llave para la puerta de la paz”, son los hombres y mujeres, campesinos, afro descendientes e indígenas, maestros, estudiantes, amas de casa, el Pueblo colombiano, los llamados a construir  desde sus territorios, desde sus hogares, desde sus aulas, la paz con justicia social que por décadas hemos anhelado y que hoy parece estar más cerca que nunca.

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