Hace
tiempo que lo venía sospechando: José Miguel Vivanco, director para las
Américas de Human Rights Watch, le estaría haciendo el favor a la
ultraderecha latinoamericana.
Por: Luis Carlos Pulgarín Ceballos / Democracia en la Red.
Ha
puesto la otrora confiable e independiente ONG de derechos humanos al
servicio de los intereses capitales de una ultraderecha fascista y
salvajemente neoliberal representada por personajes tan nefastos como
los herederos de Carlos Andrés Pérez en Venezuela (herederos golpistas
tipo Leopoldo López y Henrique Capriles), y los funestos ex gobernantes
de Colombia Andrés Pastrana; Belisario Betancourt, Cesar Gaviria, Álvaro
Uribe y, ahora, el bachiller Enrique Peñalosa, alcalde de Bogotá, que
se suma a esta jauría de hienas colombianas que en sus respectivos
gobiernos llenaron de lutos e impunidad el país y hoy pretenden hacer de
defensores de las democracias ajenas.
El
descrédito de la ONG de Derechos Humanos no podía ser más evidente, su
director para las Américas, el señor Vivanco, coincide en un mismo
escenario con ex presidentes tan cuestionados y con tantas
investigaciones por violación de Derechos Humanos como Álvaro Uribe
Vélez; lo hace para abogar por los golpistas presos políticos de
Venezuela; para hacerle coro al show de una esposa rica que se ha
convertido en la vedette de la vergonzante derecha de Venezuela en su
lucha desesperada por la retoma del poder; y lo hace en Colombia donde
la situación de Derechos Humanos se desborda, donde existen miles de
presos políticos en situaciones degradantes, donde uno de sus vecinos de
mesa -en el supuesto lanzamiento del libro dedicado al golpista
Leopoldo López-, persiguió de manera criminal a cientos de opositores a
su régimen; opositores que fueron y siguen siendo tachados de
terroristas; cientos de académicos, estudiantes, líderes campesinos e
indígenas empapelados de manera infame a quienes se les cobra el valor
de enfrentar el régimen; condenados a las cloacas carcelarias del país.
Sí,
quién lo creyera: Vivanco vino a Colombia, compartió la mesa con
personajes como Álvaro Uribe Vélez quien en su periodo persiguió de
manera perversa a decenas de periodista y defensores de Derechos
Humanos; criminalizó muchos de aquellos que hoy son presos políticos
colombianos tan sólo por hacerle oposición a su régimen parapetado en la
narcoparapolítica; quien dejó profundos saldos rojos en su política de
Derechos Humanos: agudizó la situación de desplazamiento, sin duda
alguna fue el determinador de miles de ajusticiamientos extrajudiciales
–los mal denominados falsos positivos-, aumentó las cifras
escalofriantes de desaparecidos, y pare de contar porque el inventario
es largo.
Vivanco
habla de los presos políticos de Venezuela para no desentonar con
Uribe, Pastrana y los demás intervencionistas colombianos. Con su
presencia en el mismo evento, Vivanco le hace gran favor a estos
personajes de la rancia oligarquía política colombiana: los reencaucha
en la política internacional y les ayuda a limpiar las manchas de
impunidad que los cubre. José Miguel Vivanco convierte en un aparato
político de derecha la otrora prestigiosa Human Rights Watch; en un
escenario donde podría mostrar una actitud imparcial, se suma a las
voces de quienes, al menos en Colombia, no tienen la autoridad moral
para clamar por libertades democráticas ajenas.
Qué
bueno hubiera sido que el señor Vivanco, aprovechando la ocasión y su
investidura, le hubiera planteado a los asistentes de tan encumbrado
acto, el tema de los presos políticos que el régimen colombiano tortura
de manera permanente en las oprobiosas cárceles del país; los presos
políticos que Betancourt, Gaviria, Pastrana y Uribe condenaron a la
agonía, al desprestigio, a la muerte social y física en la más absoluta
impunidad.
Quién
lo iba a pensar tan sólo unos años atrás; una entidad tan respetable
como la Human Rights Watch perdiendo su independencia frente a la más
recalcitrante ultraderecha colombiana; legitimando con la presencia de
su director para las Américas, en la misma mesa de invitados especiales,
a los más fieros cancerberos del régimen y la criminalidad colombiana.
Triste
muy triste señor Vivanco que usted pase por alto el amplio prontuario
de personajes que, como es el caso de Álvaro Uribe Vélez, deberían estar
a las puertas de la Corte Penal Internacional juzgados por crímenes de
lesa humanidad y no compartiendo a manteles con el director de una de
las que, hasta hace poco, era una de las más confiables ONGs defensoras
de Derechos Humanos en el nivel internacional.
Nos
queda pendiente por averiguar si el bachiller Enrique Peñalosa, Alcalde
de Bogotá, puede hacer este tipo de intervenciones en política; si está
autorizado para gastarse la plata de los bogotanos organizando estos
eventos que atacan directamente la soberanía de un país hermano como
Venezuela y, también, preguntarle a sus electores si lo eligieron para
gobernar a Bogotá o para organizar cocteles de encuentro entre los más
altos representantes de la impunidad colombiana, y de los que van en
camino de ser los más altos representantes de la criminalidad
venezolana. He dicho.
http://www.democraciaenlared.com/2016/05/jose-miguel-vivanco-manteles-con-los.html
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