viernes, 25 de septiembre de 2020

Las falacias criminales de los mercantiles telenoticieros y el ejército nacional ante el asesinato de Juliana Giraldo en el Cauca.

Las falacias criminales de los mercantiles telenoticieros y el ejército nacional ante el asesinato de Juliana Giraldo en el Cauca.

Por: Luis Carlos Pulgarín Ceballos /Canal3sistemaenlinea

Acudamos a las teorías del análisis crítico del discurso de dominación del lingüista neerlandés

Imagen tomadade Internet

Teun Adrianus Van Dijk, para mirar cómo el mismo ejército que bombardea campamentos guerrilleros, donde sabe que hay niños retenidos; el mismo ejército que monta falsos atentados a favor de un candidato presidencial como sucedió en 2002; que se alía con paramilitares para asesinar campesinos y masacrar jóvenes a los que luego disfraza de guerrilleros para mostrarlos como dados de baja en combate; el mismo ejército que chuza, espía, hace interceptaciones ilegales a líderes sociales, defensores de Derechos Humanos y opositores del gobierno de turno, violando derechos fundamentales como el derecho a la intimidad de las personas, pero demás poniendo en riesgo la vida de estos al compartir la información obtenida con aparatos criminales que le hacen sombra al partido político de gobierno; el mismo ejército que viola niñas indígenas de siete años; ese mismo ejército es el que intenta disminuir su responsabilidad criminal ante un asesinato como el ocurrido el pasado jueves 24 de septiembre en Miranda, Cauca, apoyado por unos medios noticiosos que desde hace buen rato se saltan el “deber ser” del periodismo, sacrifican el principio de la verdad como objetivo central del oficio informativo y claudican ante los intereses particulares de los conglomerados económicos y multinacionales a los que pertenecen dichos medios de manipulación mediática.

Paso 1: Los Tele Noticieros de las mafias económicas colombianas a través de sus jefes de prensa (los que se llaman periodistas), leen comunicados del mismo régimen militar dónde los titulares comienzan más o menos de la siguiente manera:

                                   “Una mujer transgénero muere en un retén militar”

 En el titular vemos dos elementos propios de un lenguaje de manipulación de la opinión pública que busca disminuir el impacto criminal de los hechos y/o circunstancias en que el soldado asesina a la mujer de 38 años: No hablan de asesinato, buscan un adjetivo como “muere” que disminuye el impacto inicial del suceso. Posteriormente enuncian que quién murió es “mujer transgénero”, y aquí está el elemento más perverso que ponen los libretistas en los labios de la presentadora jefe de prensa del telenoticiero, pues con la ponderación de que quién murió es “transgénero” tratan de desviar la discusión del crimen y orientar cualquier debate hacía la condición de identidad sexual de quien fue asesinada. Esto en un país godo, rezandero, homofóbico, machista y de poco acervo crítico como Colombia, cala de manera contundente en la opinión pública y termina minando la gravedad del hecho criminal en manos de una fuerza que constitucionalmente existe para cuidar nuestras vidas no para atentar contra ella.

Paso 2: Antes de la nota del asesinato de Juliana Giraldo a manos de un soldado; y para mostrar a la opinión pública un ejército “humillado”, “indefenso”; que quizás sería incapaz de cometer crímenes; utilizan una nota del sometimiento que hacen las guerrillas autodenominadas “Segunda Marquetalia” de un grupo de 20 militares/combatientes a quienes mantienen en el suelo mientras los despojan de sus armas y demás equipos de dotación, en una acto propio de guerra que sucede al sur del departamento del Valle del Cauca. En el hecho no hay un solo soldado maltratado, torturado o asesinado, pero los mandos militares a través de las generosas cámaras de los telenoticieros del poder califican el hecho como la peor de las violaciones al Derecho Internacional Humanitario, lo cual es enfatizado con gestos de asentimiento final de la presentadora de noticias para terminar la escena dramática que habrá de manipular a los incautos espectadores.

Paso 3. Un soldado del mismo grupo del retén donde fue asesinada Juliana, dice que quién disparó se quiso suicidar luego del hecho. ¿? Cosa difícil de comprobar pero que busca persuadir a las audiencias de un presunto arrepentimiento del asesino y, sobretodo, nos llevará a pensar que realmente el asesinato fue un accidente, un homicidio culposo tal vez, no obstante existen testimonios de que a Juliana Giraldo, siempre la agredían los militares en estos retenes por su condición de mujer transgénero.

Paso 4. La tapa, Maquiavelo se quedó en pañales: Se busca de inmediato a la madre del soldado, y se pone en el escenario del crimen para que se encuentre con los familiares de la víctima; se aprovecha la coyuntura del dolor y se forza un abrazo de “reconciliación” entre la madre del asesino y la hermana de Juliana Giraldo. ¿Acaso fue la madre del soldado quién disparó? Perversa escena, perversa utilización de una pobre madre a la que quizás le quitaron un hijo sostén de la casa para reclutarlo y convertirlo en otra máquina de matar en un ejército desprestigiado y violador de los Derechos Humanos. Escena que intenta quizás ponernos a pensar en que si hay perdón y reconciliación desde la familia de Juliana, la sociedad y la Justicia nacional deberían ser más benigna en su posterior sanción con el soldado asesino.

Paso 5. Un alto mando sale a declarar que la bala se hizo hacía el piso pero que rebotó y le dio en la cabeza a Juliana Giraldo. Cosa poco creíble si entendemos que el auto en que iba la víctima estaba en movimiento. Si la bala hubiera rebotado en el suelo jamás hubiera entrado en el interior del carro, hubiera existido un desvío del proyectil hacía lo alto, no en dirección horizontal y muy seguramente ni siquiera hubiera tocado el automotor.

Imagen tomada de internte en Facebook.

En síntesis; los libretistas del régimen y de los telenoticieros de los medios industriales de manipulación nacional, más efectivos que los libretistas de sus mismas telenovelas; montan una argumentación llena de falacias y sofismas distractores que más que distraer la atención buscan convencer, persuadir y manipular la opinión pública, para disminuir la gravedad del hecho criminal y limpiar la imagen de una institución cada vez menos legítima dado los altos índices de criminalidad que hay en su interior.