lunes, 29 de enero de 2018

No más hipocresía

A calzón quita'o y sin pelos en la lengua/Opinión


No más hipocresía



Luis Carlos Pulgarín Ceballos

(Fotos: EFE y redes sociales)


Hay en Colombia, en millones de colombianos, una suerte de doble moral que raya con la perversidad. Un gran sector de colombianos y colombianas que se rasgan las vestiduras por la muerte de unos compatriotas y guarda un silencio complaciente, casi cómplice, cuando mueren “otros”. Lo que estoy expresando suena duro en estos momentos de tanto “calor y efervescencia”, pero alguien tiene que decirlo, de alguna manera. Este es un escrito, para ese sector de colombianos y colombianas –incluida mi familia-, que sólo parece escuchar los cantos de sirena compungidos y oportunista de una derecha criminal y uribista que vive y saca partido político de la sangre, cuando muere un policía o un militar, cuando secuestran a corruptos senadores y representantes de las élites gobernantes o cuando los reclama la justicia internacional por su criminalidad. Sólo en esos casos cierran filas con inflada indignidad, pero son indolentes ante los verdaderos males de este país, son aberrantemente indolentes cuando (no solo desde los grupos obscuros del paramilitarismo, sino que también de esa misma institucionalidad policial y militar) se masacra a campesinos,  se asesina a indígenas, afrocolombianos, líderes sociales, periodistas comprometidos con la verdad, defensores de derechos humanos, y también excombatientes guerrilleros que lo están dando todo por la paz.

¡No más hipocresía! Debería dolernos por igual la muerte de cualquier ser humano, sin importar a qué sector social pertenece. Todos los colombianos por igual, deberíamos cerrar esas filas de acalorada indignidad igual cuando mueren policías y militares, que cuando mueren campesinos, indígenas, negritudes, jóvenes grafiteros, artistas populares, ex guerrilleros, obreros y estudiantes –hombres y mujeres- que marchan desde sus universidades y sindicatos protestando por la injusticia social y sólo encuentran los golpes y la violencia animal de la policía smad. Deberíamos elevar esa voz de acalorada indignidad igual cuando se violenta un policía que cuando la policía misma golpea y humilla a vendedores ambulantes. 

Igualmente, la Fiscalía y demás autoridades competentes deberían ser tan eficientes para -en menos de tres o cuatro horas- capturar los presuntos autores materiales de cualquier crimen, no sólo de unos, mientras otros, caso de los crímenes de lideres sociales -entre muchos- van quedando en total impunidad. Sin riesgo  a que se comentan capturas "falso positivo", producto de montajes como suele ocurrir cuando tienen tanto afán por mostrar "resultados" y mano dura.

He dicho, y lo repito de manera sincera y sin ningún asomo de aberrante oportunismo: En Colombia firmamos la paz para que no hayan más muertos; total solidaridad con familias de policías muertos y heridos en atentados de los últimos días, donde además murió una mascota (perro) que se encontraba en el comando de Barranquilla. No más policías, militares, líderes sociales, campesinos, indígenas, desmovilizados de las FARC, defensores de Derechos humanos asesinados, desaparecidos, torturados, masacrados, ni uno más. 

P.D. No olvido además la muerte de Temístocles Machado, de Eleazar Tequia, Emilsen Manyoma y su esposo Joe Javier Rodallega, y la de casi 200 líderes sociales entre 2016 y enero de 2018, igual que la de más de 30 desmovilizados de las FARC en menos de seis meses. No olvidemos el dolor de las más de 8 millones de víctimas que dejó y sigue dejando el conflicto armado colombiano, de las cuales, un 80% sería culpa de la institucionalidad en contubernio con el criminal narcoparamilitarismo (por ello, ese extremado miedo -de las élites-, a la verdad en la JEP). 

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