Sería tenaz, hasta dónde nos habría llevado quien compró un concurso en un canal de televisión internacional para auto proclamarse el mejor colombiano del siglo...
... Con denuncia o sin denuncia, Fiscalía debe empezar una investigación, no es un chisme de farándula, es un crimen, y como lo afirmo al inicio de esta opinión, un crimen grave, de lesa humanidad porque se comete sobre persona protegida.
Opinión editorial.
Los periodistas somos personas protegidas por el DIH, por lo tanto violación de periodista Claudia Morales es un crimen grave, es decir se puede calificar de lesa humanidad. ¿Sumamos otro crimen de lesa humanidad a lo largo del historial de sospechas de Alvaro Uribe Vélez?. Hacía dónde se dirigen las primeras deducciones sobre quién habría violado a la periodista.
Antes de entrar en las deducciones, veamos lo que ha declarado la periodista Claudia Morales: A mi violador ustedes lo oyen y lo ve todos los días"... "es persona es capaz de muchas cosas, porque la vida que esa persona ha tenido ha demostrado que nada de lo que ocurra a su alrededor le puede hacer daño, que tiene todo el poder para poderse salir con la suya y yo sí creo que puede hacer mucho daño, yo soy mamá, yo tengo una niña de 8 años y no creo que una cosa que ya pasó hace tantos años valga la pena convertirla en algo que pueda exponerme a mí y a las personas que yo amo” (al final de esta opinión reproducimos la columna completa, publicada el el diario El Espectador).
Al respecto de esta declaración/denuncia de Claudia Morales, han ido circulando algunas primeras impresiones -desde las redes sociales-, que pretendiendo hacer silogismos básicos llevan a la presunta pero aterradora conclusión de que un ex presidente de Colombia, además de cargar en sus espaldas la sombra de la sospecha de crímenes atroces, ahora carga también con la posible violación a una periodista.
Veamos algunas de esas deducciones: Deducción No. 1:
Fuente: Publicado en Facebook, en el siguiente enlace: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10158805921263504&set=gm.1657600537609300&type=3&theater |
Otras deducciones que transitan por la vía de las redes sociales, siguen apuntado hacía el mismo posible victimario:
Deducción en redes No. 2: Una columna escrita por Paola Ochoa: “¿Vamos a permitir que nos siga hablando, todos los días, por los próximos años?, ¿que nos siga mandando mensajes desde su púlpito sagrado?, ¿que nos siga diciendo qué hacer, qué pensar, qué sentir y hasta por quién votar?”.
"Semejante capacidad de incidir en las decisiones de los colombianos ya la había señalado Néstor Morales, que, después de entrevistar a Morales, concluyó, con buena parte de los integrantes de la mesa de trabajo de ‘Mañanas Blu’, que no se trataría de un periodista o de alguien de medios de comunicación, sino de una persona más poderosa, como un político.
“¿Vamos a dejar que se salga con suya?, ¿vamos a dejar que siga abusando de su poder y que tenga licencia para violar? ¿Vamos a ser convidados de piedra del más grande y escandaloso crimen sexual de nuestra época?”...
A propósito de las anteriores deducciones, quién escribe la presente opinión, ha circulado sus propias deducciones, muy similares a otras que han rodado por Internet:
Deducción No. 3: ¿Será Uribe Vélez? ¿serán los Pastrana? - La periodista Claudia Morales dice que no denuncia a su jefe violador (al que vemos todos los días en los medios), porque “esa persona es capaz de muchas cosas, porque la vida que esa persona ha tenido ha demostrado que nada de lo que ocurra a su alrededor le puede hacer daño. Tiene todo el poder para poderse salir con la suya, y yo sí creo que puede hacer mucho daño”. En la lista aparece un señor que se ajusta mucho a ese perfil, el señor ALVARO URIBE VÉLEZ... UFFFFFFFFFF!!!! - ADEMÁS, Y COMO SI FUERA POCO, ELLA PUBLICA UN TRINO, SALUDANDO A SUS JEFES QUE SON COLEGAS, O SEA PERIODISTAS... DESCARTANDO ASÍ QUE EL VIOLADOR SEA DEL GRUPO "COLEGAS PERIODISTAS", NOS QUEDAN LOS JEFES PASTRANA Y URIBE QUE NO CREO QUE SEAN "COLEGAS"...
Deducción en redes No. 4: A ver Claudita Morales, en esta lista de jefes tuyos, todos son sospechosos, pertenecen a la Derecha, y más criminal que la derecha en este país no hay...:
1. Juan Carlos Pastrana y Andresito, el hermano.
2. ¿El viejito CM&? (no creo, me resisto...)
3. AH... TAMBIÉN ALVARO URIBE VELEZ FUE TU JEFE ...
4. y Julio Sánchez Cristo... (Julito, nooo)
5. Y Darío Arizmendi,
6. Y Hernán Peláez (No creo que Hernan...)
7. Y posteriormente con Gustavo Gómez Córdoba (pero ella aprecia mucho a Gustavo, según trino de ella misma...)
8. y también Daniel Coronell (NO CREO QUE ESTE SEÑOR, ES UN SEÑOR, DICEN A CARTA CABAL, Y NO LA VACABAL DEL HATO GANADERO)...
3. AH... TAMBIÉN ALVARO URIBE VELEZ FUE TU JEFE ...
4. y Julio Sánchez Cristo... (Julito, nooo)
5. Y Darío Arizmendi,
6. Y Hernán Peláez (No creo que Hernan...)
7. Y posteriormente con Gustavo Gómez Córdoba (pero ella aprecia mucho a Gustavo, según trino de ella misma...)
8. y también Daniel Coronell (NO CREO QUE ESTE SEÑOR, ES UN SEÑOR, DICEN A CARTA CABAL, Y NO LA VACABAL DEL HATO GANADERO)...
Para mi hay tres en alta sospecha: El 1 (cualquiera de los dos Pastrana); el 3 (Uribe Véez) y el 5 (Arizmendi, aunque periodista, del grupo "colegas"). ¿Le pegué al perro?. Quién apuesta?... ¿qué se puede esperar siendo amplificadores de la derecha?
CLARO QUE ELLA PUBLICA UN TRINO, SALUDANDO A SUS JEFES QUE SON COLEGAS, O SEA PERIODISTAS... DESCARTANDO DE TODA SOSPECHA A LOS PERIODISTAS, ESO ELIMINARÍA A ARIZMENDI DE LA LISTA DE SOSPECHOSOS, NOS QUEDAN PUES: 1 (PASTRANAS) Y 3 (URIBE)...
Así están las apuestas. Con denuncia o sin denuncia, Fiscalía debe empezar una investigación, no es un chisme de farándula, es un crimen, y como lo afirmo al inicio de esta opinión, un crimen grave, de lesa humanidad porque se comete sobre persona protegida.
Columna de Claudia Morales en El Espectador:
Una defensa del silencio
Una mujer joven termina su jornada laboral, llega a su hotel, se baña y se arregla para salir a cenar con una pareja de amigos. Alguien golpea en su habitación. Ella mira por el rabillo de la puerta, es su jefe. Abre, “Él” la empuja. Con el dedo índice derecho le ordena que haga silencio.
Le hace preguntas rápidas mientras la lleva hacia la cama. Ella, que siempre tiene fuerza, la pierde, aprieta los dientes y le dice que va a gritar. “Él” le responde que sabe que no lo hará. La viola.
La protagonista de la historia soy yo y al violador lo seguiré llamando “Él”. No presenté ni presentaré nunca una denuncia y voy a explicar por qué.
Cuando trabajé con “Él”, era un hombre relevante en la vida nacional. Ahora lo sigue siendo y, además, hay otras evidencias que amplían su margen de peligrosidad. Hoy, con 44 años, reviso el momento que tengo grabado como una foto y no me arrepiento de haber guardado silencio.
Para salir adelante, apelé a mi mente, a mi espiritualidad, al pudor y unos años después al abrazo de mi esposo y hace poco a los oídos solidarios de un par de colegas amigos y otros dos amigos que no son periodistas. Con ellos mi secreto está a salvo. No necesito más.
Cuando fui violada, además, vivía con mi familia una situación de dolor profundo, mi papá estaba en una posición laboral que yo debía proteger y mi vida profesional, una vez renuncié al lugar donde trabajaba con “Él”, era incierta. No existían las redes sociales y sentirse empoderado no era algo tan usual como lo es ahora gracias a esas plataformas.
Desde que empezó la campaña #MeToo revivió la necesidad de escribir sobre esto, pero sentía temor. Un miedo distinto al que tuve cuando “Él” me violó y que se transformó luego de ver los testimonios de mujeres que de forma valiente han empezado a hablar con dignidad (bueno sería oír también a los hombres abusados). Sin embargo, lo que más me motivó a escribir fue el caso de Marcela González, pareja de un remedo de periodista nazi, agredida por él según su denuncia, el pasado 27 de diciembre.
Leí tantas cosas horribles contra la mujer cuando a través de un video se retractó, que no pude evitar una profunda ira. A mí también me hubiera gustado que Marcela siguiera adelante con el caso, que no viviera más con el agresor y que empezara una vida distinta acompañada de un entorno social amable. Se activan mis miedos cuando la imagino en peligro y deseo que no tenga un final lamentable.
Pero, ¿quiénes somos para juzgarla? ¿Qué sabemos de ella? ¿Quién de los que opina en su contra conoce su entorno familiar? Una campaña como #Me Too debería servir para concientizar sobre la individualidad del ser, los matices de la existencia, las diferencias culturales y, por qué no, para defender como válido el silencio por el que algunos optamos. Los linchamientos en gavilla, cuando se trata de un ser abusado, duelen, desestimulan la denuncia y también a muchos los llena de vergüenza.
Si usted, hombre o mujer, tiene el coraje y está rodeado de un entorno solidario, denuncie. Celebraré siempre que desgraciados como “Él” y otros abusadores sean visibilizados y castigados. La revelación de mi historia es una defensa del silencio y un llamado a entender que cada uno de quienes hemos sido abusados tenemos mundos distintos. Este texto también es una forma de invitarlos a callarse cuando no haya nada bueno por aportar y tengan la tentación de juzgar.
*Periodista.
Callar? Hay silencios que matan...
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