viernes, 23 de diciembre de 2016

LAS CRÓNICA DE JUAN GIL BLAS

Crónica 3 El Salvador
 
Paisajes
 
Por: Juan Gil Blas
 
 
—Mi historia es grande —dijo el cerro El Salvador.
La mía, gigante —dijo el cerro La Asomadera. El del Salvador se rió.
A 1.612 metros sobre el nivel del mar, a la par con la cima de La Asomadera, cuya vista tengo al frente y casi al alcance de la mano, escribo que la Comuna 9 de Medellín, llamada Buenos Aires, la componen 17 barrios grandes: Juan Pablo II, Barrios de Jesús, Ocho de Marzo, Caicedo, Bomboná Nº 2, Los Cerros - El Vergel, Buenos Aires, Miraflores, Cataluña,La Milagrosa, Gerona, El Salvador, Loreto, Asomadera Nº 1, Asomadera Nº 2, Asomadera Nº 3, y Alejandro Echavarría[i]; más una variedad de barrios menores y de edificios y urbanizaciones de diverso tamaño. También están, por ejemplo, Caunces, Quinta Linda, el barrio Nacional, el Candamio, y tantos otros como cada quien designe que es su barrio. Uno de esos barrios menores, en El Salvador, o más bien, en La Asomadera, en una de las tres Asomaderas, es Quintas del Salvador.
Quintas comienza en el cruce de la 36 con la 36, frente al tradicional sector llamado El Hormiguero y cerca del puente de La Asomadera, inaugurado en 2011, que lo conecta con El Poblado, la Loma del Indio y San Diego. Quintas se halla en frontera entre estratos 2 y 3 y estratos 5 y 6. El límite de la Comuna 9, al sur, es, en efecto, el próspero Poblado, que comienza a unos 300 metros de esta casa.
Media en el puente de La Asomadera, de 234 metros de longitud[ii] y que comienza en El Hormiguero, un barrio de fisonomía popular, desconocido por casi todos los habitantes de la ciudad: el Candamio. ¿Qué es candamio? No lo sé a ciencia cierta, pero ahí está, clavado en lamontaña como un pesebre, con sus vacas pastando en lasima del hueco que obliga al puente.
—Señora, buenas tardes, díganos por qué este barrio se llama Candamio.
—No sé —responde ella y sigue cruzando el puente camino al barrio, con su pequeña perra de traílla, y mi hermano Ramiro y yo continuamos el nuestro, con Lupa al pie.
Según dos páginas de Internet[iii], a la pregunta qué es candamio, responden que Candamio es un dios de lamitología celta relacionado con Júpiter, el cielo, la montaña y el trueno, algo así como un dios de montaña; significa brillar, resplandecer. Desde allí, junto al puente, se tiene, en efecto, una vista amplia y brillante sobre la zona sur y occidente de la ciudad; es un barrio de deteriorado ladrillo naranja y calles estrechas. Domina él, en el paisaje inmediato, la arquitectura de mar en tierra del Crucero de Bancolombia, y a Parques del Río. Desde el puente se los tiene casi a tiro de piedra. Al fondo se ven el cerro Nutibara, el aeropuerto Olaya, Belén, La Mota…
Quintas del Salvador nació a comienzos de los 90 del siglo anterior, cuando todavía esto eran mangas que separaban a El Salvador (o Asomadera) de Loreto. Es un barrio implantado por una urbanizadora, con casas que entonces se llamaban de interés social. Hoy es un barrio de estrato 3, rico en árboles, poblado por gente trabajadora, que hace de este su oasis urbano.
Loreto, arriba de Quintas, es barrio antiguo. Colinda con el Seminario Mayor, esa copa de brasier o gorro de Papa que hasta antes que crecieran los árboles y las urbanizaciones y la taparan, se divisaba desde varios puntos de Medellín: era uno de sus símbolos visuales, el del poder de la Iglesia, en este valle de curas y monjas. Ahora ese gorro blanco es un dato no visual de la Iglesia, un símbolo arquitectónico en decadencia.
Frente a Quintas queda el cerro La Asomadera, cerro este junto con El Salvador destacados en el nacimiento de laciudad bajo el dominio español en el siglo diecisiete, sitios que se dice eran de uso de los indígenas y famosos por sus guacas, ya desenterradas por quién sabe quién.
El nombre de Asomadera tiene su lógica geográfica: bajando de oriente por la hoy llamada Santa Elena, desde allí asomaba el sitio de Aná, la villa, la ciudad, y viniendo de sur a norte, bordeando la montaña, asomaba lo mismo. Asomarse, es el verbo dominante de este lugar. Antes se llamó Cerro de San Diego y de las Tres Cruces[iv]. Hoy, en su cima hay un pequeño parque recreativo con piscina, canchas, vivero, senderos, escalas y bohíos; queda allí la IE Ana de Castrillón, en recuerdo de una de las matronas auríferas y esclavistas de Medellín, por el tiempo de lacolonia; pero esto es ya en el barrio Las Palmas, en laComuna 10 La Candelaria, con la que colinda la 9. El cerro es visitado de manera pausada en semana, y en fines de semana se vuelcan allí familias de por estos lados a hacer su recreación. Y es un pulmón verde de la ciudad: tiene seis mil cien individuos arbóreos, pertenecientes a cerca de cuatrocientas especies[v], amén de una rica población de aves. Entre las especies arbóreas destacan los eucaliptos, los pinos, urapanes, cedro, algarrobo, nogal, mango, niguito, guayacán rosado; y entre su fauna ornitóloga se cuenta el gavilán caminero, el cernícalo, palomas, tórtolas, colibríes colirrojos, pechirrojos, siriríes, golondrinas, cucaracheros, mayos, mieleros, azulejos, semilleros, pinches[vi]. Acá precisamente mientras estoy escribiendo esto me miradesde el cable de luz un pechirrojo, y arriba del árbol un gallinazo negro. Es el cerro un lugar de vocación deportiva, y lugar exquisito para la marihuana y el amor. Se ve a mucho muchacho en moto por allí, y sus novias atrás.
El cerro El Salvador[vii], por su parte, que también contemplo desde mi balcón, mirando al sur, se llamó en otro tiempo Loma de las Sepulturas, por las guacas y enterramientos indios que había allí, y de gran mención con ese nombre en “El Carnero” del Cojo Benítez; luego se llamó Cerro de don Rafael, por ser propiedad de don Rafael Echavarría de la Flor; y por último, como se le conoce hoy: Cerro El Salvador del Mundo, por el monumento que desde allí domina como testimonio de fe católica a esta ciudad papal. El monumento lo hizo el escultor Arturo Longas, hermano del pintor Horacio Longas. Sitio para columpios, el amor y la marihuana. Fue allí, por cierto, donde la policía detuvo a Gonzalo Arango y su amiga, por el grave pecado de acariciarse en sitio público y leer a Whitman, dando origen a uno de sus escritos magnos: "Medellín a solas contigo". El Salvador es, pues, por excelencia, un cerro gonzaloaranguiano, y se demuestra una vez más que labuena literatura es hija del dolor.
Son estos, dos de los siete cerros tutelares administrativos de Medellín. En realidad este valle tiene muchos más cerros tutelares, tantos como pasos les destine el pie humano; pero como quien impone el lenguaje tiene el poder, y al revés, quien tiene el poder impone el lenguaje, laadministración municipal, para un mejor control de lapoblación, los reduce a siete. Por ejemplo, el cerro del Padre Amaya no se populariza ni se considera tutelar porque allí está el poder y por lo tanto, está ausente la sociedad: las militarizadas antenas de comunicación, con las que se dirige al pueblo de Medellín. No importa, el caso es que desde las cimas de todos estos cerros, tutelares o no, se contempla a Medellín; quien tutela, a fin de cuentas, es uno. A mi derecha del balcón me mira el Pan de Azúcar, otro de los siete cerros tutelares. Paisaje este de oriente que miro sentado en las escalas de la puerta de mi casa, paisaje de casas de madera, de pobreza y tragedia[viii]. Antier no más, se incendiaron 19 casas de madera y perecieron carbonizados dos niñas y un niño. Nací viendo ese paisaje de miseria y tragedia de mis barrios pobres, y moriré viéndolo. La pobreza de las gentes de Medellín, el principal problema urbano que tiene la ciudad, no tiene, no tendrá jamás solución; ni en paz, ni sin paz, es el precio de un necesario empate histórico para buscar el camino por otra vuelta.
—Mi historia es grande —volvió a decir el engreído cerro El Salvador.
La mía, gigante —respondió el de La Asomadera. El del Salvador se rió. —¿Quién salvará a El Salvador? —preguntó.
—Depende de por donde nos asomemos —respondió el de La Asomadera—. Con decirte que donde termina la calle San Juan (o donde empieza de oriente a occidente), comienza (o termina) el barrio El Salvador, comienzas y terminas tú, en línea recta con San Juan. Cosas de los paisajes.
 
(2016 - 10 de septiembre)
 
JUAN GIL BLAS - Medellín, 1959. Obras publicadas: Diálogos de la eterna primavera (1992), Diccionario triste (1998), El valle de los perros mudos (2000), Dos cuentos (2002) y El difícil cuento de la educación de Mateo Falcone (2009), entre otras.
Foto Juan Gil: Cortesía.
 

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