domingo, 19 de marzo de 2017

Teusaquillo de Teusaca (cercado prestado), pero también de ¿Teus-Aquí-Yo?

Teusaquillo de Teusaca (cercado prestado), pero también de ¿Teus-Aquí-Yo?




Redacción y fotos: 
Luis Carlos Pulgarín Ceballos




“La historia oficial, vitrina donde el sistema exhibe sus disfraces,
miente por lo que dice y más miente por lo que calla”
(Eduardo Galeano).



La historia debería ser producto principal de la canasta familiar. Estar en las estantes de los supermercados, de las tiendas de barrio como barra de chocolate; en las mesas de los bares y restaurantes como plato o bebida aperitiva;  a la entrada de los cines como documental obligatorio antes de las ficciones extranjeras; qué se yo, en todas partes de la vía pública deberían haber signos y señales suyas  por aquello de que “todo pueblo debe conocer su historia, para que ésta no se repita”. En un pueblo como el nuestro, Colombia, donde la peste del olvido signa nuestros días, la historia debería venir en cápsulas, píldoras o inyecciones si se quiere, debería ser el primer medicamento recetado en la EPS, las IPS o el Sisben, ya que como receta académica fue suprimida de las escuelas y colegios.

Hablemos sólo de un pedacito de esta historia nuestra, sin entrar en el universo complejo de las vicisitudes endémicas que ha padecido Colombia a lo largo y ancho de su existencia como nación. Hablemos de Bogotá. Parcialmente de Bogotá D.C.: Cómo nacieron decenas de barrios en Bogotá. Cómo es que la ciudad expulsó los habitantes del centro histórico, los bogotanos, los rolos, los capitalinos, los cachacos; los habitantes originarios de Egipto, las Cruces y la Candelaria, principalmente, hacia el norte, cada vez más al norte, hasta llegar a Chía y otros municipios de la Sabana cundinamarquesa. Por dónde pasaron, dónde dejaron huella, qué nuevas arquitecturas habitaron en el trasegar de su diáspora.

Colombia es un país de eternos desplazados, aunque el término sólo empezamos a escucharlos en los años 90s para determinar el éxodo de millones de habitantes rurales que son víctimas del conflicto armado interno y del despojo de sus tierras por los que siempre pescan en los ríos que enturbian su cauce con cadáveres sin rumbo. Desde 1948, luego del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán, Bogotá, podríamos decir, fue la primera ciudad que experimentó el desplazamiento urbano. Las élites de entonces, las mismas que despreciaron al caudillo liberal socialista, por mestizo, por socialista, vieron su ciudad arder en llamas y empezaron a extender la ciudad hacía el norte, para huir a la devastación primero, luego para huir de esa peste popular que los empezó a perseguir desvalorizando sus exóticas mansiones tipo inglesas, las que construyeron para olvidar su pasado de criollos herederos de la estirpe invasora de España. En ese entonces cuando Bogotá era Santafé de Bogotá y llegaba sólo hasta la calle 26, donde queda el Cementerio Central. Entonces empezó el desarrollo de la ciudad hacia al norte, cada vez más al norte: Primero fue Teusaquillo, que tímidamente había empezado a nacer en las desolaciones del barrio la Soledad, por algo lo llamaron de esa manera; luego anexaron al Distrito el entonces poblado de los chapines: Chapinero y su Chicó, luego Usaquen pasando por su hacienda Santa Bárbara, ahora habitan Chía, Cota, Tenjo, Mosquera, ya casi llegan a los límites con Antioquia.

Apuntes breves de la historia que alguien, un día, mañana quizás, habrá de ampliar para la memoria de las nuevas generaciones. Este artículo no va más allá, este artículo se detiene en el tránsito de aquella clase social por Teusaquillo, para rescatar varios relatos que hacen parte de esa historia no escrita, relatos que aún perviven a sotoboche por las calles  de la Soledad, por el Park Way, la Magdalena, Santa Teresita, Palermo, por el Parque Brasil… Alguien me comentó que Teusaquillo viene de “Teusaca, que quería decir “Cercado prestado”. Teusaca era una gran laguna ubicada  en los territorios  en que actualmente se encuentran los barrios de Nicolás de Federmán, El Campín, Pablo VI, y la Esmeralda. Este sector era un sector rico en vegetales, diversas aves y sobretodo un sitio de mucha tranquilidad. A él acudía el Zipa de Bacatá, en sus  temporadas de vacaciones y aprovechaba  para bañarse en la laguna de Teusaca. De allí el origen del nombre para la localidad y uno de los barrios que la integran”[1].  Una manera de mantener vivo el recuerdo de las primeras comunidades dueñas del territorio capitalino: los muiscas. En los últimos años, he visto vallas y carteles que convocan a eventos artísticos y culturales con una suerte de lema que reza “Teus-Aquí-Yo”, algo así como “Aquí usted y también yo” ¿Será?... En todo caso, después de La Candelaria, Teusaquillo se erige como uno de las localidades que son patrimonio histórico de la capital, no obstante la desidia de sus gobernantes para protegerlo. Y ese patrimonio histórico, no sólo se relaciona con su arquitectura inglesa, también con los relatos orales que configuran esa otra historia que no se cuenta en los relatos oficiales, esos relatos que sólo se visten de bustos de prócer fundador o independentista.   

Los siguientes relatos hacen parte de una investigación que en el año 2002 realicé para un proyecto de investigación local del patrimonio histórico; hacen parte de esa colcha de retazos que habremos de seguir tejiendo para no perder la huella del pasado. Versiones, de las cuáles existirán otras versiones: las versiones contadas por aquellos pocos habitantes que se resistieron a abandonar su territorio, y que hoy, pasan inadvertidos, casi que invisibles entre los nuevos propietarios del sector; como aquella ilustre y cachaca anciana, con aires de dama inglesa, que me repetía entre línea y línea “es que este Teusaquillo ya no es lo mismo, esto se llenó de judíos, de pobres y guacherna, que nos afearon el barrio, que hicieron que la gente de clase  fuera vendiendo de a poco sus casas y buscando hacia otro lado”.

Aquí van pues, los relatos de esa época, cuándo Teusaquillo no estaba habitado por judíos, pobres y guacherna, sino por la fina clase de dedo parado bogotana:

1.    YA NO VIVE NADIE EN ELLA. Cuando se construía una casa en Teusaquillo, era todo un acontecimiento social, hasta político. La prensa local de la época muchas veces repitió en sus páginas sociales la celebración social y la bienvenida que se hacía a las familias que se trasladaban a vivir en el nuevo sector residencial de Teusaquillo.  La casa era el centro de todo, nos relata doña Alicia Vega; las penas y alegrías, todas se vivían en torno de la casa, y como era tan cerca del lugar de trabajo o de estudio, pues la casa era el referente hasta para la siesta después del almuerzo, antes de recomenzar las labores del día.
2.     “MAMÁ-TOCO?, NO MIJO, MEJOR SILVA”  La historia vuela en los labios de varias personas de la localidad, y se construye a partir de la voz colectiva. El Parque de la Calle 39A en el barrio la Magdalena, parece ser el testigo, no en vano casi todos lo conocen como el Parque de Mamatoco.  “El fantasma del Boxeador “Kid Bogotá”  más conocido como Mamatoco. Un boxeador Costeño, celebre en su época, que llegó a trabajar con la Policía, y fue asesinado, presumiblemente por un teniente de apellido Silva, a raíz de problemas de faldas, esto desencadenó no solo el humor y la ironía bogotana, pues aparecieron letreros que decían ¿Mamá-toco? -, y abajo una frase de respuesta: “No mijo, mejor Silva”.   Pero además desencadenó un conflicto de tipo político, pues en aquella época se vio involucrado en los comentarios del crimen Alfonso López Michelsen, hijo del expresidente López Pumarejo, de quién se asume algo tuvo que ver en este asesinato, aunque las cosas se quedaron solamente en rumor nunca confirmado. El caso es que El Teniente Silva salió del país mientras se calmaba el escándalo y la justicia se olvidada del expediente, y sólo regresó, cuenta la gente, con el guiño del poder político de Alfonso López Pumarejo… Yo no sé si estas versiones sean indicio de algo, pero es parte de esa memoria no oficial que me encontré en el proceso investigativo. Esta versión corresponde a la contada por el Sr. Enrique Pava.
3.    UNA ANÉCDOTA DE RECONCILIACIÓN ENTRE “GODOS” Y “CACHIPORROS”.  En épocas del Frente Nacional, cuando el odio entre liberales y conservadores aún se respiraba en el ambiente, cuando los liberales le ponían collar rojo a sus perros y los conservadores collar azul a los propios y les enseñaban a odiarse entre ellos, habitó en Teusaquillo, al igual que muchas personalidades importantes, el expresidente Mariano Ospina Pérez. Quién a su muerte logró lo que en muchos años no había logrado el mismo pacto de alternancia en el poder entre “godos” y “cachiporros” de esta Patria Boba. En palabras de don Gilberto Patiño, el  entierro de Mariano Ospina Pérez estuvo marcado por la concurrencia generalizada: Todo el país político, social y económico desfiló acompañando sus responsos hasta el cementerio.  Después de la ceremonia, en la Iglesia de San Antonio de Ligorio, su cadáver fue trasladado en un gran desfile hasta el cementerio, y el peso de su ataúd se lo alternaron las diferentes personalidades que asistieron. Casi toda la sociedad colombiana allí representada.  Una anécdota anexa, la hace don Enrique Pava, habitante del barrio la Soledad y familiar del general Omar Gutiérrez Ospina, apodado  “la Guagua”,  quien liberal de racamandaca e irreconciliable con cualquier conservador, tuvo la obligación de velar porque los responsos del ilustre conservador, llegaran en completa tranquilidad hasta su morada final. “Y para colmo, con su segundo apellido “Ospina!””.
4.    LA CASA DE LA MADRE SOLTERA.  En la calle 49 entre 29 Y 30. Todavía existe la casa; al parecer perteneció a la hermana de Alfonso López Michelsen, o pertenece;  funcionó lo que se llamó “la casa de la madre soltera”...  Mientras se sucedían los juegos de tarro o las escondidas de los muchachos de la época, y después de llenarse de patadas y mientras los números afloraban en los labios de quién habría de buscar a sus compañeros de juego, cada noche entre 7:30 y 8:00, había un desfile de muchachas embarazadas hacía dicha casa...  “Porque allí metían a todas esas muchachas, las que quedaban embarazo y las echaban de la casa, o muchachas del servicio, que en muchos casos los muchachos de las casas se las “papiaban” y las embarazaban... Y luego dejaban el niño allí, con el cuento de la adopción, porque además un hijo les iba a causar molestias en la vida, por lo de madre solteras...  Después se descubrió que eso era un gran negocio porque allí le entregaban los niños a extranjeros... Permanentemente estaban pasando taxis de turismo, que eran unos carros blancos  con  techo verde... Éste era como el centro de adopción”, comenta un relator que pide no ser identificado plenamente, no sin antes terminar con: “Y nosotros con esa mala educación que teníamos, en el sentido de que no teníamos claro el referente sexual, pero ya éramos  preadolescentes con ciertos movimientos corpóreos no muy claros todavía de a qué se debían... Entonces nosotros con el tiempo que nos empezamos a dar cuenta como cuál era la película con las peladas éstas,  siempre asumimos que las chinas eran prostitutas... entonces nosotros le jodíamos la vida para que “nos lo dieran”... Y ellas pasaban como si fueran presas para la tienda... Todo era como muy escondido.... Con paredes y rejas...”

Nota obligatoria: Las anécdotas fueron recogidas en el año 2000, para el proyecto Fachadas Localidad 13, Teusaquillo; realizado por la Corporación Cultural Pequeño Teatro del Mundo para la Alcaldía Local. Son parte de 50 relatos compilados.
Dirección investigativa: Luis Carlos Pulgarín Ceballos. Colaboración Investigativa: Diana García Rivera  y  Diana Arango Villa. Fuentes: Pepe Lara, Bernardo Rodríguez Bohórquez, Alicia vega, Alba Orjuela de Macías, Guillermo Suárez, Elizabeth López, Francisco Antonio Zea (Antonio Casafús), Juan Darío Zea, Enrique Pava, Gilberto Patiño,  Irene Rojas, Dilma Montaña,  Ricardo Mora, Claudia Beltrán. 






[1] La identidad de las fuentes se relaciona al final del artículo.

domingo, 12 de marzo de 2017

LOS NIÑOS DE LAS FARC

LOS NIÑOS DE LAS FARC

Por: Luis Carlos Pulgarín Ceballos

 

...tanto ayer como hoy he tenido la misma sensación después de hablar –aún- con guerrilleros que bordean los 24, 25 y hasta más allá de los 30 años; que a pesar de estar acorazados con la piel de la adultez, en sus gestos y  en lo profundo de sus ojos, se adivina el niño que detuvo su infancia en el tiempo porque la guerra los convirtió en viejos prematuros. 

...cuántos de ellos no se hubieran salvado si hubieran estado protegidos en las filas de la insurgencia de las FARC.


No sólo ahora, a raíz de las negociaciones con las FARC, he tenido la oportunidad de conocer y hablar con las guerrilleradas. A principios de los años 90s, en la región de Urabá, ya mis pasos se habían cruzado con la insurgencia colombiana, con todos los frentes que allí hicieron presencia: El EPL, con el cual compartí sus sueños de paz en la vereda de Pueblo Nuevo, durante sus conversaciones con el gobierno de Gaviria; con los Elenos y su fracción de la Corriente de Renovación Socialista reinsertada en el año de 1994 cuando cierto elefante habitaba en la Casa de Nariño, y con las FARC que tenía la región bananera como uno sus territorios propios desde el V Frente. Y tanto ayer como hoy he tenido la misma sensación después de hablar –aún- con guerrilleros que bordean los 24, 25 y hasta más allá de los 30 años; que a pesar de estar acorazados con la piel de la adultez, en sus gestos y  en lo profundo de sus ojos, se adivina el niño que detuvo su infancia en el tiempo porque la guerra los convirtió en viejos prematuros. 


A raíz de las escandalosas alharacas que suelen hacer los senadores del inescrupuloso Centro Democrático, de sus aliados solapados de Cambio Radical, de la vieja godarría nacional agrupada en el vetusto partido conservador, y aún, de aquellos personajes que me parecen peligrosos por su actitud ambidiestra como la senadora Claudia López; por la supuesta lentitud de los Acuerdos entre las FARC y el Gobierno para la entrega de los niños que hay en las filas del grupo subversivo, me permito recuperar dos reportajes que escribí -en meses anteriores- sobre dos niños guerrilleros que con plena lucidez y madurez nos plantean otra versión sobre la presencia de niños y adolescentes en la guerrilla.


Pero antes de ir a los reportajes quisiera plantearme los siguientes interrogantes para esta sociedad mezquina y de doble moral que, apegada al discurso falaz de las élites corruptas y criminales, sigue poniendo trabas a la rueda de la paz  ¿Cuándo han hecho alharacas por los niños que asesinan los corruptos políticos de la Guajira? ¿Acaso no es un crimen que la clase mafiosa y paramilitar avalada por los partidos de derecha, sobretodo, Cambio Radical, condene a la muerte a miles de niños por el desangre de la corrupción? ¿Dónde están las alharacas de los adalides de la moral reclamando para que haya justicia y se sancionen a los militares colombianos por los miles de niños que han sido asesinados por el ejército nacional, en contubernio con el paramilitarismo, para hacerlos pasar como guerrilleros y que tuvo su nivel criminal más alto en el gobierno de Uribe Vélez; caso de tres niños de 2, 5 y 9 años masacrados brutalmente en el 2005 en San José de Apartadó?  ¿Dónde están los grandes titulares de los medios de las élites de derecha reclamando que la paquidérmica Comisión de Investigaciones y Acusaciones de la Cámara de Representantes destrabe las investigaciones contra Álvaro Uribe Vélez por inducción a las Fuerzas Armadas para perpetrar los denominados Falsos Positivos (donde muchas víctimas fueron niños apenas), desde su criminal política de la Seguridad Democrática?  ¿Dónde están los reclamos que se deben hacer contra la corrupta clase gobernante colombiana que a través de la historia ha condenado a muerte a los niños del Chocó, Tumaco, la Costa, y tantas otras regiones, debido a la corrupción rampante que nace en la Casa de Nariño, pasa por el ICBF y se reparte la torta de la contratación estatal en el Congreso, las gobernaciones y alcaldías? Cuántos de esos niños que mueren de hambre a diario en la Guajira, el Chocó, en las laderas de Medellín, en los cinturones de miseria de Cali y Bogotá, etc.; cuántos de esos niños víctimas de la barbarie paramilitar y víctimas del glorioso ejército nacional en los mal denominados Falsos Positivos; cuántos de ellos no se hubieran salvado si hubieran estado protegidos en las filas de la insurgencia de las FARC.  Dejo por ahí y paso a los reportajes:


1. Mariana, la ecónoma del Frente.


Mariana, tiene 17 años “a punto de cumplir los 18” aclara con énfasis tranquilo; delgada y de tez trigueña, cabello negro largo y lacio, recogido en una cola de caballo, de facciones mestizas muy propias de las mujeres de la región;  es la ecónoma del Frente 34 de las FARC, ahora tiene tiempo de poner al sol de la tarde, una docena de tomates que se le han humedecido, para que no se pudran, mientras su fusil permanece en silencio sobre una banca de madera. De allí se levanta para indicar al “ranchero”, un joven un poco mayor que ella, donde están los insumos con que éste ha de elaborar la comida. 

En la mañana siguiente me encuentro con Mariana, en la orilla del río. Lava algunos trastes. Me cuenta que ingresó a los 15 años a la guerrilla, desde los 12 años quería ingresar pero no la aceptaban, una vez cumplió los 15 se voló de la casa, dejó a sus padres con el ponqué y la fiesta de celebración para su cumpleaños preparados. Su padre durante muchos días persiguió un novio que ella tenía, pues estaba seguro que éste se la había llevado a vivir con él y la tenía escondida, hasta que ella les mandó una boleta para avisarles que no la esperaran pues se había enguerrillerado.  

Desde pequeña vio la guerrilla en su entorno, ésta era la autoridad a lo largo y ancho de Bajirá, municipio de donde ella proviene. La guerrilla es posibilidad de cambio, allí encontró un grupo, una nueva familia. Le pregunto por su novio en Bajirá, si  no lo quería, por qué dejarlo y meterse a la guerrilla, y ella responde de manera espontánea y rápida “es que ese me las había hecho, cada rato por ahí bebiendo y paseándose con las putas”. Entonces le indago si se metió a las FARC por despecho, y me recuerda que me ha dicho que desde los 12 años; que mucho antes de tener novio, ella ya quería meterse a guerrillera. 

En su tiempo como combatiente lo más duro para ella, además del temor a morir en los combates –aunque ya no le tocaron mucho por lo del proceso de paz en la Habana-, son las caminatas con los pesos del fusil y los morrales con víveres y sus cosas personales a sus espaldas. Una vez cargaba una pistola, no cargaba fusil, pero sí el morral con víveres, sus cosas personales y ese día también llevaba los accesorios del radio de comunicaciones; y atravesando un río, se creció la corriente y la mula en que montaba la botó al agua con toda su carga, estuvo a punto de ahogarse, como pudo se liberó de su carga y salió a flote, perdió los aparatos de comunicaciones y lo más grave: la pistola 38, perder un arma en el Frente es un crimen castigable. Para ella fue un gran alivio no sólo salvar su vida, sino saber que no habría sanción por la pérdida del arma, pues a decir del comandante Jimmy, era mejor que se perdieran esas maricadas y no la vida de un combatiente.

Para Mariana estar sancionado genera cierta vergüenza ante los compañeros de combate, no es que sea duro el castigo, es cosa de peso moral y social, ella ya ha sido sancionada en una ocasión por dejar dañar una carne, ocho días cocinando para todos en el Frente fue el castigo, ocho días en la ranchería. Es que en la guerrilla hay sanción para todo, me comentará después otro combatiente: “hasta por dejar quemar un arroz nos sancionan, claro que ahora no tanto, como antes de los diálogos, cuando todo era más estricto, por ejemplo, en las noches para desplazarnos de un lado a otro, así sea para orinar, nos orientábamos con cuerdas amarradas entre los árboles, nos vamos por toda la cuerda, porque si prendemos una luz nos sancionan, pues se corría el peligro de alertar al enemigo sobre nuestra ubicación”.

Volviendo con Mariana: Ahora, tiene un novio en la guerrilla, desde hace dos diciembres que es su forma de contar el tiempo, unos meses después de su ingreso al Frente, “Erly, es el nombre de combate de él”, me cuenta mientras concluye su tarea y amontona los trastes en que muy seguramente servirán el desayuno.

Qué harás cuando la guerra termine, cuando todo esto del proceso de paz concluya, le indago, y ella responde con seguridad y esperanza “volver con mi mamá, con mis padres y compartir, compartir mucho tiempo, volver con ellos a compartir”.

Publicado  por 


2. Erly, joven guerrillero de base: vida de avatares y violencias que lo arrojaron al campo de la guerra.




Por más edad que tenga, cuenta con 18 años recién cumplidos; su vida, aunque corta, es ya una suma de persecuciones, desplazamientos, duelos familiares, despojos; pero también de combates y esfuerzos personales por no doblegarse ante las circunstancias de violencia que lo han marcado desde que tenía un año de vida, las mismas que lo llevaron a tomar la decisión de ingresar a las FARC EP cuando sólo tenía 14 años. Cansado de huir, de correrle -con la familia- a los paramilitares, primero en Río Sucio, Chocó, donde le mataron un tío, torturaron y le quitaron la finca a su papá; luego en San José de Apartadó, Antioquia, donde la situación de violencia paramilitar también era intensa, decidió buscar las filas de las FARC para sentirse protegido.

Es una biblia empírica para las rutinas de la vida campesina, mantiene un estado de ánimo despierto en todo momento; siempre alerta, pendiente de las tareas asignadas en el Frente 34, en el que participa de las FARC, y de colaborar en las demás labores que se presenten, así no sean su responsabilidad. Hiperactivo, inquieto; encargado de las comunicaciones del Frente, salta aquí y allá buscando por donde enredar los cables para la antena del radio, buscando el mejor lugar para la recepción de señal. 

De estatura baja, unos 1,65 cms; pero alto nivel de autoestima y confianza en sí mismo, nos habla de su vida como una anécdota superada, no hay dejo de dolor o de ganas de venganza; piensa en que la paz es una oportunidad, para él y para todos. De tez trigueña y rostro alegre en todo momento; conversador nato, fluido en su palabra y con un discurso coherente en todo tema que se le proponga. Aunque tiene un gran conocimiento de la situación social del país y es consciente de la miseria de sus gobernantes, dice que no le interesa la política, que lo suyo es “eso de salvar animalitos… la veterinaria”, que es lo que le gustaría estudiar cuando se silencien de una vez por todas las armas de las FARC. 

“Yo aquí en la guerrilla me llamo Erly, un tío mío se llamaba así, él fue torturado, cuando Uribe le puso un plazo para acabar con las FARC y se inventó los falsos positivos, que le dio tan duro a los campesinos que los mandaban a matar y luego les ponían un camuflado, yo tuve mucha familia que sufrió con eso… a mi tío lo torturaron, esto así: uña por uña fue arrancada… lo golpearon todo y luego le echaron acido en la cara, hasta que lo mataron… simplemente porque bajó con unas botas embarradas y dijeron que era un guerrillero… él era un  civil, no tenía nada que ver con la guerrilla, pero es que en ese tiempo los “paras” mataban por matar… así uno fuera nada, lo paraban por ahí y lo mataban… cuando esa arremetida de los paramilitares, hace como 17 años, entonces nosotros vivíamos en Unguía, Chocó… yo fui nacido ahí… en ese tiempo yo tenía un añito y mi hermana dos… imagínese y ahora tengo 18… y después fue que vinimos a Urabá, que ahí yo terminé de estudiar.





“A mi papá lo tuvieron amarrado tres días los paramilitares, eso fue por allá en Río Sucio… por ejemplo, mi papá se pone a contarle la historia a uno y se le salen las lágrimas; ahí dice “ah, es que yo estoy vivo es de buenas”, mi papá estuvo amarrado...  lo acusaban de guerrillero, y de cabecera le ponían un barretón y una pala… yo no sé qué diablos hizo mi mamá, pero el caso es que a mi papa lo aflojaron… y ahí le dijeron viejo guerrillero tiene 24 horas para que se pierda de aquí.Mi papá vendió unas novillonas y se rebuscó el pasaje. Al Urabá cayó y por allá terminó la vida “jornaliando”… la tierrita en el chocó todo eso se perdió. Por eso es que casi toda mi familia ha buscado para la guerrilla, por ejemplo el viejo flaco, el abuelo mío… y en el Frente 57 también tenía un familiar, sólo que ese lo mataron “los chulos” en combate… los chulos son los mismos militares, nosotros los llamamos así; él tenía 3 años de estar en la guerrilla, tenía 18 años. Y en el “quinto” también tengo otro tío, a él le pegaron un tiro una vez, y como tres días para poderlo sacar… con esos chulos encima, de suerte por ahí había una tropa grandecita de la guerrilla y se pudo salvar… y ahí llamaron fue la Cruz Roja Internacional desde Medellín para poderlo sacar…
Detiene un momento el relato para enseñarle a alguien cómo se debe cortar las alas de un loro, pues según su conocimiento, éstas no deben amputarse totalmente a tijera como lo han hecho con un loro que tienen en el Frente, y al cual llaman “Timo” y apellidan “Chenko”. Una de las tantas mascotas que hay en la guerrilla y que se convierten en compañeros inseparables de los combatientes, referentes de afectividad y compañía.  
Yo antes de ingresar iba a ingresar era al “quinto”, yo vivía en San José de Apartadó, imagínese… allá opera el “quinto”… cuando mataron a mi hermano yo me pensaba ir al quinto, la cuñada, la que era mujer de mi hermano se fue para el 57 y me dijo vengase para el 57, que vengase para el 57, y el viejo Flaco que en esa época estaba en el 34, me decía: que vengase para el 34. A mi hermano lo querían mucho en el 57, decían que era muy buen muchacho y que era muy bueno para el plomo… a él lo mataron por Cacarica, fue confiado, muy confiado, lo asaltaron y lo mataron… mataron como tres más con él… A mí me gustaría haber estado en una comisión que sacaron para los lados del 57, una comisión de orden público y seguridad por allá… de orden público con las “paras”… los paramilitares son otra cosa, ellos sólo se forman para matar, nosotros sí tenemos formación política…”

 “Vine por los lados del Atrato con mi mamá a visitar unos familiares, y cuando nos íbamos de regreso, mi mamá se montó en la lancha y se quedó mirando cuándo era que yo iba a subirme,  desde la orilla del río le dije: mamá, que le vaya bien, yo me quedo, usted sabe con quiénes. Y ahí se fue en la panga, se fue “chillando”… mi mamá se vino a visitar al papá, al viejo flaco, él es un miembro de la dirección del Frente…”

“El pensado mío, por ejemplo, dándose esto de la paz, verdaderamente, es hacerle hasta donde pueda, hasta donde llegue esta vaina y después si se puede recoger la familia; primero que todo el viejito, y como yo no tengo la facilidad para eso de hacer política, eso no es lo mío, a mí  me ha gustado mucho es eso de joder con la ganadería. Yo soy amante de eso y a mantener montado en un “taparo” de esos... cómo dicen que van a ver cursos de esos, a mí me gustaría hacer curso de eso para, como se dice la palabra… veterinario… eso de salvar animalitos… la veterinaria”. 

Reportajes exclusivos de Canal 3 sistema en línea.  Por: Luis Carlos Pulgarín Ceballos.
Tomado de: LOS ÚLTIMOS PASOS DE LAS FARC, COMO GRUPO ARMADO, EN LA REGIÓN DE URABÁ. 


A MANERA DE COMENTARIO FINAL

Este 10 de septiembre, las FARC-EP entregarán menores de edad al ICBF, yo me pregunto, el gobierno y la sociedad doblemoralista que tanto han presionado ¿le han consultado a los menores farianos si quieren ir a los reclusorios tipo correccional, que muy seguramente el ICBF les tendrá reservados? ¿Está el ICBF preparado para garantizar a los menores farianos condiciones adecuadas?. En los próximos días publicaré un trabajo periodístico -que estoy redactando en este momento- en el que podremos observar que cientos de menores están en las filas de las FARC a voluntad, que no todas las historias son de reclutamiento forzoso, que cientos de niños han encontrado en las filas de las FARC seguridad, fraternidad, y hasta el amor (hay historias de amor, noviazgos en las filas, entre los adolescentes, que les dan la estabilidad emocional que no encontraron en sus mismos hogares ni entornos sociales). Es muy irónico que incluso hayan OeNeGeros desconociendo las condiciones de vida miserable, de exclusión, de violencia, de hambre, de carencias,
de persecución paramilitar, de duelos ante el asesinato de sus padres, tíos, hermanos; de orfandad, 
que viven millones de niños en el país, a causa del olvido y el abandono estatal de muchas regiones del país (regiones donde la corrupción gubernamental condena a morir de hambre a miles de niños), señalando a las FARC de violar los derechos de los niños, cuando en realidad las FARC han sido, para miles de esos niños, una posibilidad, tal y como lo pude constatar en primera persona. Y no estoy ocultando que, claro, hay historias condenables de reclusión forzada de menores, pero hay que sopesar todas las caras de la moneda. Tampoco estoy afirmando que la posibilidad de enlistarse en las filas de las FARC haya sido la mejor salida para esos miles de niños, pero en sus territorios fue lo único que tuvieron a la mano, con todo y los riesgos que ello implicaba. Hace algunos años participé en algunos de los proyectos con que el ICBF desarrollaba procesos con niños desvinculados de la guerra, y créanme, no son los mejores, puedo decir que esos menores estarán incluso más seguros en el seno de las FARC que en los experimentos fracasos del ICBF, que no creo que tengan ya una política adecuada para el tratar este tema. Que hable el ICBF y presente alternativas convincentes y reales!.









NO MÁS FALSOS POSITIVOS



El Canal 3 sistema en línea, agradece a la extinta Fundación Educación y Desarrollo -FEDES- el documental "No más falsos positivos", el cual transmitimos como un aporte necesario para superar la impunidad y el olvido.

Si usted tiene material audiovisual inédito, y desea aportar con la difusión de hechos violatorios de los DDHH y el DIH, en el país y el mundo, puede contactarnos en el siguiente correo: pulgarin.prensa@gmail.com

Luis Carlos Pulgarín Ceballos
www.canal3sistemaenlinea.blogspot.com.co