Opinión/“Bueno es cilantro, pero no tanto”
A la luz de
los últimos asesinatos (y los anteriores también)… la paz que queremos no puede ser para seguir construyendo cementerios.
Por: Luis
Carlos Pulgarín Ceballos
Voté por
usted señor presidente @petrogustavo, y sigo firme acompañando su gobierno y su visión de
estadista mundial. Sigo firme y defendiendo las reformas políticas que usted propone
y que tanto necesita nuestro país para superar la tiranía de la desigualdad y
la injusticia social. Sigo aplaudiendo su gobierno, convencido de que estamos
venciendo la criminal corrupción que por décadas ha enriquecido unas pocas familias
de élite y empobrecido a millones de colombianos y colombianas; pero ese apoyo
a su gobierno no quiere decir que guarde silencio frente a la incertidumbre que
nos va provocando su propuesta de la Paz Total: En nuestra tierra hay un dicho
que afirma “bueno es cilantro, pero no tanto”. Está bien que seamos seres de paz, pero la paz que queremos no puede
ser para seguir construyendo cementerios. No se puede seguir extendiendo mano
generosa al perro que la muerde; el Estado no puede renunciar a su potestad del
uso de la fuerza para reprimir los asesinos de unas disidencias cuya respuesta
a los diálogos propuestos por el gobierno es el crimen de Firmantes de Paz, líderes
y lideresas sociales. Su inclinación por el narcotráfico los aleja de la línea
política con que piden que se les trate, son simples asesinos, extorsionistas y
narcotraficantes, y de esa manera hay que tratarles; la Fuerza Pública debe reducirles
y liberar el país de ese cáncer criminal que afecta la seguridad y la vida de
miles de colombianos en las regiones donde ellas (las disidencias y demás
grupos ilegales) generan terror y expanden el negocio del criminal narcotráfico.
¿Cuántos líderes y lideresas, cuántos firmantes más asesinados necesita señor
presidente para entender que hay que pararse en la raya de una buena vez?, no más
zanahoria para quienes solo entienden por la fuerza. Adelante con quienes de
verdad demuestran voluntad de paz, si de diez grupos ilegales solo dos o tres
quedan en las mesas de diálogo, a hacer la paz con esos tres, para los demás
garrote y todo el peso de la ley sobre ellos.
Entiendo
que usted es un hombre que hizo la paz, proveniente de un grupo rebelde que le
demostró al país y al mundo la posibilidad de la reconciliación y, sobre todo, la
construcción de un proyecto alternativo y progresista que está rompiendo la cadena
de gobiernos hegemónicos de una rancia derecha que pretende seguir sumiendo el
país en la guerra e imponiendo la tiránica Constitución de 1886, a pesar de la existencia de la democrática Constitución
de 1991; pero esa coherencia -fundamentada en la vocación de paz que demostró
el M-19 en los años 90s del siglo XX-, con la cual usted quiere tratar los temas
actuales de la paz total, no puede continuar en demerito del derecho a la seguridad
y la vida de quienes en 2016 (como usted en 1989) hicieron la paz; de las
comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinas, de cientos de líderes y
lideresas sociales. Reaccione señor Presidente.
He dicho.